El texto nos permite hacer una reflexión crítica sobre el papel que
juega la Biblioteca como institución pública que debe garantizar el
acceso a la información a todos los ciudadanos, en función de propender
por la participación transparente y equitativa de los individuos en
actividades enriquecedoras que puede ofrecer la institución con
servicios de calidad.
Se habla de cambios de moledos
administrativos tradicionales y la gestión del conocimiento como ejes
fundamentales en los cuales la Unidades de información deben orientar
hoy por hoy su atención, no obstante el profesional de información y las
bibliotecas como instituciones públicas están llamadas al cambio de
estatus social de la comunidad, es decir a enfrentar las realidades y
coyunturas que se desarrollan en contextos específicos de una manera
diferente a lo que tradicionalmente se ha realizado, para lo cual se
requiere un cambio estructural, orgánico y por qué no hasta cultural.
Se
considera que mientras el grupo a cargo de las bibliotecas no
reflexione frente a los procesos, reglamentos, modelos administrativos y
demás métodos que adopte frente al contexto cultural, económico,
tecnológico y educativo que enfrenta la sociedad, seguirá estando
relegada como una institución que se dedica exclusivamente a la custodia
de libros, más no al cumplimiento de su función formadora y
transformadora en la sociedad.
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